sábado, 17 de mayo de 2014

MIS BESOS

Mis besos en ti
agitan
el ritual de un instinto,
mientras
el limite de la tarde
atraviesa mi sed
tatuando
la curva perfecta

en cada escalón del ocaso.

lunes, 12 de mayo de 2014

CANTO 2

YO SOY AQUEL

Yo soy aquel,
aquel
que un día
bebió el néctar de una sombra,
para espantar el olvido,
y las semillas de un crepúsculo
para esparcirlas
en la noche de un instante.



Autor: Frank Pereira Hennessey
Fecha MAYO 2014
Derechos Reservados © Copyright
OTRO SILENCIO

Tal vez
tu silencio
sea la forma callada
de olvido,
y tengas la humead
de una noche sinfín,
al deslizar
en arreboles tu inocencia
en la mitad del infinito,
y tus capullos serán mi deseo.

sábado, 10 de mayo de 2014

BESARTE

Quiero besarte
como besa la lluvia,
abrir tu flor...
que moja mis labios
para derramar estrellas,
e inundar de fuego
el caudal de la noche,
para recorrer
la abertura de tus piernas
y despertar
el ardor de tu cuerpo aromado.
VERSOS

Hay versos
que tienen sombra escarlata,
otros
tienen la órbita
de un girasol efímero,
se instalan en el infinito
de un fuego desnudo,
arden
como los capullos
eclipsados
en el último agujero de la noche.






VERSOS

Hay versos
que tienen sombra escarlata,
otros
tienen la órbita
de un girasol efímero,
se instalan en el infinito
de un fuego desnudo,
arden
como los capullos
eclipsados
en el último agujero de la noche.
CANTO 17

YO SOY AQUEL

Yo soy aquel,
aquel
que bebió,
un océano de rapsodias
para evadir
el crecimiento de un naufragio,
en el suspenso de las constelaciones.

Que violó la noche,
derramando
pájaros de lluvia
en la orilla de un destello.



CANTO 11

YO SOY AQUEL

Yo soy aquel,
aquel
que buscaba el día
en el volumen de una sombra
para despertar un deseo
en las bestias de tu cuerpo.

Para husmear
tu sabor
de madreselva
en la envoltura de un volcán,
anudando
los ligamentos de la luna.

viernes, 9 de mayo de 2014

CANTO 12

YO SOY AQUEL

Yo soy aquel
que tomó de ti 
el túnel ferviente de la imaginación
en el valle de los sentidos,
descifrando
el ultimo paraje de tu cuerpo 
en el descenso
de un capullo inefable.

Y he ahí
tu lengua mojada de gritos,
revelando
la ultima fuga de tus besos.
ERRANTE

Cruzo
el resplandor escondido
de un ciprés,
errante
como la colina instantánea
en el agujero de la lluvia.

Surcando 
la piel de una flor,
para entregarme a ti
en la curva de un instante.
IRRISORIA

Se derrama
la noche
en cada rincón de la lluvia,
igual
que las corrientes del alba,
y tu piel en fuga
cubre
la curvatura de un astro
amarrado al viento,
para desnudar
el calor
de tu rocío
saturado de labios
que desviste
la fiebre colgada de tus muslos.
ALGUIEN SEMBRÓ MIRADAS

Alguien
sembró miradas
en el sendero del ocaso,
marco mi pecho
con aroma de jazmín,
con la luz de tus peldaños
en el azar de un beso.

Alguien
arrojo sus redes
en la sustancia azul de un destello
surcando
el eco de un horizonte
tatuado en el olvido.
LAS PALABRAS

Solamente
los poetas conocen
el reverso de las palabras,
el relieve desconocido
que aprisiona
la imagen derramada,
sobre
la metamorfosis del fuego,
marcando
la ruta de un girasol lascivo.
MANUEL MARULANDA VELEZ
a, tirofijo.

Guerrero inasible
in albis
del vientre de un sueño,
de las entrañas del viento,
de la piel de la tierra.

Tus pléyades
orbitan
en los andes
con sus raíces de amianto.

Eres
de la estirpe de Tupac
de raigambre de sol
enmarcado
en la cresta de un futuro.




LAS PALABRAS

Solamente
los poetas conocen
el reverso de las palabras,
el relieve desconocido
que aprisiona
la imagen derramada,
sobre
la metamorfosis del fuego,
para marcar
la ruta de un girasol lascivo.




CANTO 11

YO SOY AQUEL

Yo soy aquel,
aquel
que buscaba el día
en el volumen de una sombra
para despertar un deseo
en las bestias de tu cuerpo.

Para husmear
tu sabor
de madreselva
en la envoltura de un volcán,
anudando
los ligamentos de la luna.
CANTO 9

YO SOY AQUEL

Yo soy aquel,
aquel
que frecuentaba
paginas remotas
en las planicies del terror,
cambiando
la piel de la mañana
al desnudar el alba
con su membrana de fuego.



MIELES

a veces quisiera
arrojar
un racimo de lunas
en la hendidura de tu flor,
las mieles de un deseo
para encontrar
la bruma oblicua
que arde
como radiante magnolia.
TE FUISTE

Te fuiste un día,
y el cielo retornó 
a la corteza de la noche,
con tanta prisa,
que la órbita desnuda del fuego,
escurrió
abundante soledad
en la esquina del otoño.